DECALOGO DEL BUEN DELINCUENTE

"Desde el pasado mes de julio, que tuve la oportunidad de ver a través de Internet la conferencia del juez de Menores de Granada, Don Emilio Calatayud, me he convertido en un ferviente seguidor, y veo y leo todo lo que sobre su actuación llega a mis manos, un valiente personaje que habla con una meridiana claridad, que dicta unas sentencias ejemplarizantes con un contenido sencillo, proporcional y eficiente. Para él todos los chavales tienen una oportunidad que él está dispuesto a darles, así los jóvenes que queman papeleras deben acompañar a los Bomberos en sus salidas durante dos fines de semana, un joven que circulaba borracho en moto tuvo que visitar a parapléjicos que se rehabilitaban de accidentes de tráfico durante un día entero.
Mi admiración me ha llevado a comprar y a leer su libro «Reflexiones de un Juez de Menores». En éste los padres, abuelos, educadores dan una valiosa mirada para entender mejor la realidad social, y en el mismo el juez incluye con aleccionadora ironía un decálogo para crear un delincuente, una feroz denuncia de cómo los adultos siempre estamos por acción u omisión detrás de las faltas de los menores:

«1- Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.
2- No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.
3- Cuando diga palabrotas ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.
4- No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.
5- Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
6- Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no que su mente se llene de basura.
7- Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.
8- Dele todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.
9- Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.
10- Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo».

No sé si en ocasiones hemos aplicado el anterior decálogo en la educación de nuestros hijos. Pero para luchar contra la tiranía de nuestros hijos, los padres tendremos que ser padres y conocer lo que implica tener hijos. Sería conveniente que los colegios tengan profesionales respetables y respetados. Que la sociedad no sea hipócrita. Que el legislador sea coherente y que dicte normas coherentes, lo que implica que a veces hay que decir que no y no por ello tener complejos democráticos. Y, por último, compromiso social. En definitiva, hacer uso del sentido común aunque a veces sea el menos común de los sentidos."

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