Las Ausencias de Zapatero
La ausencia de José Luis Rodríguez Zapatero de la Asamblea General de la ONU en Nueva York simboliza lo que ha sido la política exterior del presidente del Gobierno desde que asumió el poder. Para Zapatero, las relaciones internacionales han sido algo secundario y costoso, porque nunca se ha encontrado a gusto en compañía de líderes de otros países. Su desconocimiento de la lengua ingl ...esa no ha hecho más que ahondar en esa aversión a ir más allá de nuestras fronteras.
Ahora, el agobio con que se encuentra en España, a punto de concluir anticipadamente la legislatura, le ha hecho renunciar a viajar a Nueva York, a pesar de que si en algún sitio se ha sentido cómodo cuando ha viajado al extranjero ha sido en Naciones Unidas. Ahí puso en marcha la evanescente Alianza de Civilizaciones y ahí pudo subrayar su apuesta por el multilateralismo, haciendo, por cierto, generosas donaciones distintos programas de agencias como ONU-Mujeres o el PNUD.
Zapatero había previsto intervenir, como en años anteriores, en la Asamblea General, pero la delegación española estará encabezada por la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, que tiene un intenso programa de reuniones multilaterales y bilaterales y que será la encargada de hablar ante los delegados. Zapatero renunció a viajar a Nueva York y, con ello, renunció a hacerse ver en el lugar en el que, con la presencia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se va a debatir sobre dos grandes asuntos, que, por distintos motivos, nos afectan como país.
Por un lado la crisis de la deuda en la eurozona, con Obama dispuesto a hablar con los principales líderes europeos, entre los que no estará, por tanto, Zapatero, que no podrá ejercer su defensa ante los ataques hacia España venidos de Estados Unidos en la última semana.
Por otro, la cuestión del reconocimiento del Estado palestino, en la que el Gobierno español ha sido uno de los abanderados en el seno de la UE para que se haga efectivo.
Además, la cita neoyorquina permitirá los contactos bilaterales con las nuevas autoridades de los países inmersos en la llamada "Primavera árabe", algo que si figura en la agenda de la ministra.
En cualquier caso, Nueva York será esta semana el centro de importantes decisiones económicas y políticas y Zapatero, que aún preside el Gobierno de España, debería haber estado allí y no permanecer encerrado en la Moncloa aguantando el chaparrón.
Ahora, el agobio con que se encuentra en España, a punto de concluir anticipadamente la legislatura, le ha hecho renunciar a viajar a Nueva York, a pesar de que si en algún sitio se ha sentido cómodo cuando ha viajado al extranjero ha sido en Naciones Unidas. Ahí puso en marcha la evanescente Alianza de Civilizaciones y ahí pudo subrayar su apuesta por el multilateralismo, haciendo, por cierto, generosas donaciones distintos programas de agencias como ONU-Mujeres o el PNUD.
Zapatero había previsto intervenir, como en años anteriores, en la Asamblea General, pero la delegación española estará encabezada por la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, que tiene un intenso programa de reuniones multilaterales y bilaterales y que será la encargada de hablar ante los delegados. Zapatero renunció a viajar a Nueva York y, con ello, renunció a hacerse ver en el lugar en el que, con la presencia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se va a debatir sobre dos grandes asuntos, que, por distintos motivos, nos afectan como país.
Por un lado la crisis de la deuda en la eurozona, con Obama dispuesto a hablar con los principales líderes europeos, entre los que no estará, por tanto, Zapatero, que no podrá ejercer su defensa ante los ataques hacia España venidos de Estados Unidos en la última semana.
Por otro, la cuestión del reconocimiento del Estado palestino, en la que el Gobierno español ha sido uno de los abanderados en el seno de la UE para que se haga efectivo.
Además, la cita neoyorquina permitirá los contactos bilaterales con las nuevas autoridades de los países inmersos en la llamada "Primavera árabe", algo que si figura en la agenda de la ministra.
En cualquier caso, Nueva York será esta semana el centro de importantes decisiones económicas y políticas y Zapatero, que aún preside el Gobierno de España, debería haber estado allí y no permanecer encerrado en la Moncloa aguantando el chaparrón.